El suicidio es un problema real; según informes recientes representa la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 34 años en los Estados Unidos. Lamentablemente, la medicina actual no cuenta con las mejores herramientas para evitar esto, pero la inteligencia artificial sí. Por fortuna, la revista Nature Human Behavior publicó que la IA puede identificar de manera exitosa a individuos con pensamientos suicidas.
Quien crea que es fácil detectar a un suicida por su personalidad y estados de ánimo más frecuentes, se equivoca. Con regularidad estas personas sorprenden a sus contactos más íntimos a la hora de la desgracia, pues no dan señales previas que sean evidentes. Frente a este problema, la Universidad de Carnegie Mellon hizo un experimento con 34 estudiantes.
¿Como la IA puede detectar a posibles suicidas?
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De los 34 participantes, 17 estaban previamente identificados como personas con peligro de quitarse la vida. Todos fueron sometidos a resonancias magnéticas mientras eran expuestos a palabras con connotaciones negativas. La idea era registrar quiénes tenían reacciones cerebrales más intensas ante ellas.
Las pruebas arrojaron que los suicidas muestran mayor reacción neuronal en cinco áreas específicas del cerebro. Con estos resultados, se sometió a la IA a un proceso de aprendizaje automático para reidentificar a los suicidas potenciales. Es así que el sistema detectó a 15 de los 17 que estaban clasificados como individuos en riesgo.
Segundo experimento
El experimento no quedó ahí. Posteriormente, se tomó a las personas consideradas como potenciales suicidas y se formaron dos nuevos grupos: uno constituido por quienes ya intentaron matarse en el pasado (9) y otro con los que aún no lo hicieron (8). Para sorpresa de los mismos investigadores, la inteligencia artificial fue capaz de clasificar correctamente a 16 personas según la categoría a la que pertenecían.
Porcentajes de éxito
En el primer experimento la IA cumplió su labor con un 91% de éxito, en el segundo con un 94%
¿Qué tan importante es este logro?
Demasiado, ya que permite diferenciar un cerebro mentalmente sano de otro con pensamientos suicidas que lo atormentan. En individuos con dichos problemas, se descubrió que palabras oscuras como "muerte" activaban en sobremanera la zona cerebral relacionada con la culpa. Se espera que más adelante esta tecnología ayude diagnosticando y tratando diversos desórdenes mentales.
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